Estoy tratando de averiguar por qué cuando mis esporádicos tripulantes hacen click en "Seguir leyendo", el bendito vínculo no funciona, incluso a mí me pasa. Se suele arreglar cuando le dan actualizar a la página pero a veces el problema persiste. Sí todavía tienes curiosidad de leer la pachotadas que escribo también puedes darle click al título de la entrada para leerla completa.
Y como suelen decir: "Estamos trabajando para servirlo mejor. Muchas gracias por su comprensión".

Marilia Navegando

lunes, 28 de julio de 2008

Lo suficiente para ser involvidable



Pido disculpas por lo cursi de la entrada
pero cuando no se puede con una misma, ¡¡¡ni vuelta que darle!!!.
Marilia

Viene de "Total que ni quería yaa!"...

De vuelta a casa, Dana me recibió con saltos y contenta moviendo la cola, sentía alivio de abrazar su cuerpito peludo, sus lamidas en mi oreja me consolaron un poco de la tristeza que aún sentía por el desenlace de la noche. Creo que fui demasiado dura con él, murmuré. Me puse a revisar el mail, estuve a punto de vaciar sin mirar mi bandeja de correo no deseado pero se me ocurrió ver si entre las publicidades de viagra y de cursos de inglés había llegado algo interesante:

“Olá, vou estar visitando Cusco (Machu Pichu), com um passeio, eu acho que vai ficar um par de noite em Lima. Espero que você possa ver. Era bom se tivéssemos a oportunidade de nos encontrarmos. Por favor, envie-me o teu número. Beijos. Joâo.”

¿Joâo? Después de seis años. ¡Joâo! repetí y mi corazoncito al que creía dormido sintió una punzada.

Como vai você?
Que já modificou a minha vida
Razão de minha paz já esquecida
Nem sei se gosto mais de mim ou de você…
(Roberto Carlos)

¿Qué estarás haciendo ahora, Joâo? Seguro durmiendo porque de Lima a tu isla hay seis horas de diferencia, te empiezo a dibujar en tu departamento, yaciendo en tu cama, como un pastor al pie de un árbol, y me agrego en el cuadro, observándote desde arriba, como si fuera un ángel de la guarda que te cuida, ¿o más bien que te vigila? ¡¡Qué celos!! porque sé muy bien que no necesitas que nadie te cuide, vives sólo hace siete años y has viajado por decenas de países, “Marilia… Ja tenho estado em locais elevados” me dijiste cuando te advertí sobre el soroche.


Fueron tus ojos o tu boca
Fueron tus manos o tu voz
Fue a lo mejor la impaciencia
De tanto esperar tu llegada mas no sé
No sé decirte cómo fue
No sé explicarme que pasó
Pero de ti me enamoré
(Antonio Machin)

Te confieso que al inicio me gustaba tu amigo Marcus … y cada vez que él se me acercaba tú venías a arruinarnos el plan, jajaja, pero todo cambio aquella vez que en la disco pusieron salsa, y por más que insistí, Marcus fastidiado me dijo que no le gustaba, en cambio tú, vacilando e imitando a los demás chicos, me invitaste a la pista porque “Nós dança sozinho em Portugal”, pasó un rato y me confesaste avergonzado lo obvio: que no sabías bailar salsa, pero no me enojé, hacía rato había visto cómo habías superado las burlas de tus colegas y tus ojos pardos se concentraban con gran esfuerzo en seguirme los pasos.


Cómo gasto papeles recordándote
cómo me haces hablar en el silencio
cómo no te me quitas de las ganas
aunque nadie me vea, nunca contigo
y cómo pasa el tiempo que de pronto son años
sin pasar tú por mí, detenida…
(Silvio Rodríguez)

Hace casi seis años que te conocí en Chile, hace cinco años que nos encontramos en Portugal, hace cuatro meses que te volví a ver en Perú. Ya dieron las nueve de la noche, hoy no es ninguna fecha en especial, lo único singular es que luego de tanto tiempo, todavía me siento esperanzada cuando te pienso. Por eso secretamente me imagino que un día nos tropezamos en una ciudad ajena y volvemos a tener un dulce romance, volvemos a curar nuestras decepciones amorosas, nos volvemos a acurrucar en un sofá, vuelves a jugar con mi cabello, vuelvo a contarte cómo armé mi proyecto, vuelves a hablarme de tu padre, vuelvo a despertarte con un beso, vuelves a contarme tus avatares de catedrático, vuelvo a burlarme de tu español malo, vuelves a escribirme poemas en servilletas, yo vuelvo a cantarte al oído, volvemos a descubrir lunares gemelos en nuestras manos y volvemos a quedarnos dormidos…


Hoy que tenemos la oportunidad -la tengamos o no,
nos callaremos los dos: tú, por mí, yo, por ti,
por no enredar, !ya ves! ¿por qué será que lo hacemos?
Incluso, viendo llegar ese último momento,
cuando no queda tiempo, cuando no queda tiempo,
para decir, siquiera: "te voy a echar de menos"
(Alejandro Sanz)

“Vá com Deus” me susurraste, “nunca más voy a volver a verlo” pensé. El acto más valiente de toda mi vida fue darte ese beso inesperado (qué tonta, pero así fue), discúlpame no te quise avergonzar delante de tus colegas, mira que también me vieron mis amigos y los organizadores, se supone que nadie sabía que estábamos enredados, pero es tú volvías a esa manchita de tierra que luego busqué en el atlas, yo retornaba a mi ajetreada ciudad y Santiago de Chile se quedaba donde esta hasta ahora ¿esperándonos? Pero me alivió tu abrazo fuerte, fuerte correspondiéndome hasta me levantaste levemente en el aire, ¿te acuerdas? (es que eres tan alto) y te quedaste oliendo mi cuello, acariciando mi cabello, y como siempre hacías me diste un beso en la frente y en las manos; hace cuatro meses nos despedimos una vez más, ya no había lugar para una escena de película, nos dimos un accidentado beso en la mejilla (porque acá en Perú solo nos damos uno y ustedes dos, entonces yo gire mi cara a un lado y luego tú al otro y chocamos narices, en fin ¡qué incómodo! ¿verdad?) igual cumplí con desearte buen viaje, y viví ese terrible deja vú, de separarnos sin decir nada más que chao.


Estoy pensando que no tiene sentido
volver a encontrarme de nuevo contigo
estoy pensando que me doy por vencido
que todo se acaba mas yo no he entendido
estoy tratando quizas de olvidar
diciembre que no, agosto que igual
te he preguntado si algo paso
y nadie quedo para contestar
(Andrés Cepeda)

La última vez que un chico me besó las manos me sentí ofendida en silencio, me enojó ver que alguien hubiera copiado tu gesto… ¿Qué significaba? Nunca supe que fué todo eso para ti… si al menos me lo pudieras decir ahora… no importa si ya pasó sólo dime que fue, porque yo me enamoré de ti como una chibola monse (si no lo entiendes es jerga, asi dicen aquí)… al salir del aeropuerto, como buena tipa depresiva, compré un chocolate en un ambulante, nunca te pregunte si crees en el destino, yo un poco, y resultó que la golosina era brasileña y venía con una nota en portugués que decía: Tudo o que e bom dura o tempo necesario para ser inesquecivel.


No soy fan de Sanz pero, fue como en "Corazón Partío" él hubiera querido contar esta historia.

Ya lo ves, que no hay dos sin tres, que la vida va y viene y que no se detiene... Y, qué sé yo, pero miénteme aunque sea, dime que algo queda entre nosotros dos, que en tu habitación nunca sale el sol, ni existe el tiempo, ni el dolor. Llévame si quieres a perder, a ningún destino, sin ningún por qué. Ya lo sé, que corazón que no ve es corazón que no siente, o corazón que te miente amor. Pero, sabes que en lo más profundo de mi alma sigue aquel dolor por creer en ti ¿qué fue de la ilusión y de lo bello que es vivir? Para qué me curaste cuando estaba herío si hoy me dejas de nuevo con el corazón partío...

Seguir leyendo...