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Marilia Navegando

domingo, 12 de octubre de 2008

¡Qué simple parecía todo!

"Cuando yo era chiquita, no entendía por qué cada vez que subía al carro de tu abuelito las cosas se iban para atrás, jajaja" es una anécdota que siempre me cuenta mi madre cuando empieza a recordar sus años infantiles, ingenua ¿verdad? ¿Cómo que la cosas se van pata atrás? ¡Era el auto que se movía, mujer!
Pero esto me trajo a pensar en todas las cosas en las que yo creía, o pensaba, recordé la simple lógica a través de la cual mi mundo se movía.

Recuerdo que cuando era niña yo creía que la gente aparecía en la televisión porque desde las instalaciones de los canales había una tecnología que los hacía volverse chiquitos para que pudieran entrar a través de las antenas a la caja boba. Yo pensaba que los niños nacían con una etiqueta conteniendo su nombre, no sabía que eran los padres quienes lo elegían. Por cierto, no me gustaba mi nombre: Marilia.

No entendía que el dinero podia gastarse, siempre creía que cuando mi madre me llevaba al mercado sólo hacía un simple intercambio de billetes con la vendedora, a modo de juego. Y pensaba que era una perdida de tiempo que compráramos las verduras en la tienda si bien podíamos sembrarlas todas en el jardín y prescindir de ir al mercado. Yo no sabia que teníamos un tracto digestivo, pensaba que era una bolsa enorme dentro de nosotros. También creía que mi papá era el hombre mas fuerte del mundo cuando nos cargaba a mi hermana a mi en sus brazos y que mi tío Gerardo era un genio cada vez que arreglaba mi bicicleta. Yo pensaba que en algún otro país, en efecto, existían todos los dibujos animados.

No lograba comprender por qué los días se oscurecían y llegaba la noche, yo pensaba que era porque encendíamos los focos de la casa y el sol entendía que podía irse a descansar.

Yo nunca creí en Papá Noel, sería porque mis padres siempre nos preguntaban: ¿Qué quieren que les compremos de regalo para Navidad? Pero alguna vez mi razonamiento me llevó a concluir que de existir el noble barrigón, no tendría tiempo de venir hasta un país subdesarrollado como el Perú a dejarme un presente, lo más probable es que "iría primero a repartir cosas a los Estados Unidos".

Yo creía que la "situación difícil" por la que atravesaba el país iba a desaparecer cuando yo fuera grande. Cuando era chica temía que alguna vez cayera un bombazo de los terroristas en mi casa.

Yo pensaba que toda la gente era buena, no sabía que era posible que mi mamá o papá lloraran.

También pensaba que era terrible tener que ver como algún día mi cuerpo se llenaría de vellos como el de los adultos.

Cuando entré a la adolescencia creí que llegaría virgen al matrimonio, también creí que mis padres nunca se separarían, tenía planeado casarme a los 23 años y que tendría mi primer hijo a los 24, creí que la vecina con la que crecí, Fabiola, y yo seríamos amigas para siempre y que veriamos crecer juntas a nuestros hijos. Ella quedo embarazada a los diecisiete y yo sigo soltera.

... alguna vez pense que me casaría con el que ahora es mi ex, incluso -muy secretamente- me imagine como parte de su familia.

No me arrepiento de nada. Ni de las decisiones que tomé.

Mentira.

Sí me arrepiento de algunas cosas, pero no significaron un fracaso para mi vida, no sirve de nada llorar sobre la leche derramada, de los errores se aprende y las lecciones se repiten hasta que uno las pase... (demasiados refranes juntos en un sólo párrafo).

¿Y ustedes que cosas creían o cómo pensaban que funcionaba el mundo cuando eran chicos?

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