"Conócete a ti mismo" dice una universalmente conocida frase filosófica, la escuchamos de nuestros padres y maestros, y en el proceso ensayo-error que acarrea nuestras vidas la repetimos en nuestros consejos para parecer maduros y superiores.
El domingo pasado, sentada en una esquina de mi cama, probaba inútilmente sin número de acordes en mi guitarra para sacar una canción que había escuchado en la radio, no obstante mi oreja -nada chismosa- fue atraída cual parabólica a la conversación que mi mamá sostenía con con la comadre del barrio mientras tomaban lonche.
Sí, de vez en cuando se pone a tocar un rato… voy a cerrar la puerta para, no, no, déjala, que bonito, siempre les ha gustado la música ¿no?, ah si, desde chiquitas las llevaba al coro de la iglesia, ¿las dos?, si, ahí para que se entretengan, ¿y como esta tu hija mayor?, Bien, ya sabes trabajando, pero ya esta buscando nueva chamba, es que tiene carácter bastante fuerte y no se lleva bien con el jefe, me parece que la menor es más tranquila, hum si, tiene el carácter más suave, es bien alegre, pero como que es más paciente con la gente, creo en realidad se guarda mucho las cosas y por eso tolera, pero cuando estalla, estalla, hija!, la muchacha se pone de mal humor y no quiere decir por qué, ya sabes como son los muchachos, se queda en un estado de contemplacióóóón… andará enamorada, cualquier día te trae al novio, ay no sé a sus novios apenas los he conocido, como te digo, se guarda la cosas…
En pocos segundos, mi madre acababa de definir mi carácter, no sé si lo que dijo es cierto, esta bien, admito que tiene algo de razón, pero he ahí su modo de verme. Más tarde le pregunté cómo me consideraba ella, pero luego de cuarenta minutos consecutivos de discurso y sin cortes comerciales sobre lo inteligente, buena y linda que soy, me desanimé de su respuesta dado que estaba regada de su buen tacto materno y vocación de psicóloga, como era predecible, con su parcialidad de madre, obvió cualquier defecto o posibilidad de imperfección en su retoño, bien dicen que para mamá no hay hijo feo, y estoy agradecida de que en este caso mi progenitora siga esa línea, pero digamos buscaba una opinión objetiva.
Mientras pienso en algunos amigos que me podrían bajar los humos con sus sinceros comentarios acerca de mi forma de ser, vino a mí la frase con la que apertura esta entrada: "Conócete a ti mismo", ¿por qué no empezar conmigo misma? Cómo creo que soy, cómo suelo actuar ante determinadas situaciones, cuáles son mis manías, qué me gusta, qué no me gusta, qué me agrada en un chico/a, qué espero encontrar en un amigo/a, con qué gestos suelo delatarme… veremos, veremos, en la siguiente entrada haré una lista.
El domingo pasado, sentada en una esquina de mi cama, probaba inútilmente sin número de acordes en mi guitarra para sacar una canción que había escuchado en la radio, no obstante mi oreja -nada chismosa- fue atraída cual parabólica a la conversación que mi mamá sostenía con con la comadre del barrio mientras tomaban lonche.
Sí, de vez en cuando se pone a tocar un rato… voy a cerrar la puerta para, no, no, déjala, que bonito, siempre les ha gustado la música ¿no?, ah si, desde chiquitas las llevaba al coro de la iglesia, ¿las dos?, si, ahí para que se entretengan, ¿y como esta tu hija mayor?, Bien, ya sabes trabajando, pero ya esta buscando nueva chamba, es que tiene carácter bastante fuerte y no se lleva bien con el jefe, me parece que la menor es más tranquila, hum si, tiene el carácter más suave, es bien alegre, pero como que es más paciente con la gente, creo en realidad se guarda mucho las cosas y por eso tolera, pero cuando estalla, estalla, hija!, la muchacha se pone de mal humor y no quiere decir por qué, ya sabes como son los muchachos, se queda en un estado de contemplacióóóón… andará enamorada, cualquier día te trae al novio, ay no sé a sus novios apenas los he conocido, como te digo, se guarda la cosas…
En pocos segundos, mi madre acababa de definir mi carácter, no sé si lo que dijo es cierto, esta bien, admito que tiene algo de razón, pero he ahí su modo de verme. Más tarde le pregunté cómo me consideraba ella, pero luego de cuarenta minutos consecutivos de discurso y sin cortes comerciales sobre lo inteligente, buena y linda que soy, me desanimé de su respuesta dado que estaba regada de su buen tacto materno y vocación de psicóloga, como era predecible, con su parcialidad de madre, obvió cualquier defecto o posibilidad de imperfección en su retoño, bien dicen que para mamá no hay hijo feo, y estoy agradecida de que en este caso mi progenitora siga esa línea, pero digamos buscaba una opinión objetiva.
Mientras pienso en algunos amigos que me podrían bajar los humos con sus sinceros comentarios acerca de mi forma de ser, vino a mí la frase con la que apertura esta entrada: "Conócete a ti mismo", ¿por qué no empezar conmigo misma? Cómo creo que soy, cómo suelo actuar ante determinadas situaciones, cuáles son mis manías, qué me gusta, qué no me gusta, qué me agrada en un chico/a, qué espero encontrar en un amigo/a, con qué gestos suelo delatarme… veremos, veremos, en la siguiente entrada haré una lista.
1 comentario:
Nunca terminamos de concocernos ...
PD. tocas guitarra, y te encanta Silvio?, muy bien! ,)
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